«El equipo tiene que mejorar lo del año pasado y conseguir ser competitivo durante todos los partidos», asegura el jugador malagueño del HC Eivissa

El pivote malagueño Miguel Ángel Olea (24 de junio de 1983) recaló a mediados de la temporada pasada en el HC Eivissa. Su llegada coincidió con un cambio en los resultados del equipo, que consiguió mantener la categoría en la Primera Estatal. Ahora afronta un nuevo curso a las órdenes de Eugenio Tilves. El físico del andaluz, con ocho temporadas a sus espaldas en la Liga Asobal y otra más en la máxima categoría de Dinamarca, será una de las claves del equipo naranja. Su rutina ha cambiado en la isla, donde combina su vida laboral con el parqué de Es Pratet.

Ha llegado a Ibiza después de ocho temporada en la Liga Asobal y otra más en la máxima división de Dinamarca. ¿Cómo afronta esta etapa de su carrera?
Es la primera vez que compagino la vida deportiva y la laboral. Me gustaría que los resultados en la pista se mejoraran porque tenemos equipo para eso y para más. Estoy intentando adaptarme a una nueva situación y a distribuir mi tiempo para poder afrontar estas dos obligaciones.

¿Le está resultado más difícil centrarse en una o tener que dedicar tiempo a las dos facetas?
[Piensa] Llevar las dos es difícil porque nunca terminas de separarlas. Si te llevas algo negativo del partido del fin de semana… Yo no consigo separarlo el lunes cuando llego al trabajo. Siempre te llevas algo.

El Ibiza cambió mucho a partir de su llegada y ahora afronta una temporada con el nuevo entrenador [Eugenio Tilves]. ¿Qué espera del equipo?
Tuve la suerte de ver un partido antes de llegar y me sorprendió mucho que el equipo no ganara con el juego que desplegaba. Cuando fiché intenté adaptarme a algunas cosas del juego y poco a poco fueron llegando los resultados. Todos hemos sumado para que la segunda vuelta fuera más positiva que la primera.

¿Qué se le debe exigir al equipo esta temporada?
Pienso que, en primer lugar, tenemos que luchar por mejorar lo que hicimos este año y ser competitivos en cada partido. No por el número en la clasificación, sino por lo que se vea en la pista semana a semana. Si somos capaces de competir de tú a tú contra el equipo que ha ascendido, pienso que tenemos que exigirnos competir a este nivel toda la temporada.

¿Qué le ha dicho Eugenio Tilves?
Literalmente me ha prometido mucho trabajo [ríe]. No hay más secretos. Al final, todos los que estamos en el mundo del balonmano es por pasión y sacrificamos tiempo de familia y amigos por competir. También lo hace la directiva. Lo llevo haciendo toda mi vida.

Físicamente está para dominar una categoría como la Primera Estatal.
Sí, pienso que sí. Pero voy cumpliendo años y son las nuevas generaciones las que van a ir ocupando los minutos de juego y la responsabilidad. Creo que en nuestro club existe esa posibilidad, ya que tenemos la combinación de jugadores veteranos y jóvenes. Los verdaderos protagonistas son ellos y yo ayudaré en todo lo que pueda.

¿Hasta cuándo se ve en la pista? ¿Le gusta la faceta de entrenador?
De entrenador no me veo, no tengo paciencia. El tema de la preparación física sí porque lo veo diferente. En Dinamarca, se cruzó en mi vida deportiva José Luis Hernández y me marcó en muchísimas cosas. Gracias a él, mi concepto de la preparación física cambió muchísimo. La labor de entrenador es dificilísima y yo no me veo capaz, a día de hoy, de llevar un banquillo.

Ibiza tiene mucha tradición de balonmano. ¿Se lo ha transmitido la gente?
El ejemplo está en que los equipos de fuera vienen y admiran a nuestra afición. Nosotros hemos ido a pabellones fuera en los que el equipo local no arrastra a tanta gente. Es Pratet se llena y la afición no deja de animar y te asomas por los colegios y ves a los entrenadores de base con un abanico muy amplio de jugadores. Ojalá se mejore, pero hay una gran masa social.

Ha vivido una época en la que el balonmano, tanto la selección española como las ligas, ha tenido un momento álgido y otro mucho más bajo. ¿Cómo ve su deporte ahora mismo?
Mi marcha a Almería coincidió en una época en la que los cinco primeros equipos de la tabla llegaban a las finales de las competiciones europeas y se repartían los títulos. Había un abanico de equipos que peleaban de tú a tú. Con el paso de los años se ha ido perdiendo. Se ha gestionado mal, la Asobal se ha ido devaluando por los problemas económicos. Ahora mismo, si no lo mejoran desde la organización, la Liga profesional ha dejado de serlo. Los jugadores no se dedican al 100% porque no tienen un respaldo económico.

Almería, Puente Genil, el Kolding de Dinamarca y ahora Ibiza. ¿Con qué experiencia se queda de su carrera deportiva?
Me quedo con los momentos en los que un vestuario sufre y sale adelante. Eso no tiene precio. Este tipo de cosas, o las vives o es muy difícil de comprender. Son cosas que echas en falta cuando no estás compitiendo. El día que diga «Hasta aquí», que no se cuándo será, los momentos de unión del grupo son los que echaré de menos.

Fuente: Diariodeibiza.es

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